EL OLIVAR
El municipio de Félix cuenta con una zona de cultivo de olivos tradicional, a saber, árboles en los bordes de parcela y el resto está dedicado al cereal o leguminosas o forrajeras.
Históricamente, estos olivos varias veces centenarios fueron plantados por los árabes durante el periodo de Al Andalus o bien traídos por los repobladores después de la reconquista, la variedad dominante es la Cornicabra, variedad que proporciona un aceite muy afrutado. Hace 12 años nos trasladamos al pueblo de Félix, Almería, Andalucía, ESPAÑA, en una parcela de olivos centenarios para instalar allí nuestra residencia principal. Con el fin de mantener estos ejemplares de varios siglos nos dedicamos a cultivarlos y proporcionarles todas las facilidades necesarias a su desarrollo, y nació una pasión…
Adoptamos la agricultura biológica desde el principio para obtener un producto lo más natural posible. más adelante, aplicamos los principios de la permacultura para regenerar la vida en el suelo y aumentar su fertilidad, aportando estiércol de ovejas, sembrando especies vegetales benéficas para el suelo, las abejas y los olivos como abonos verdes y triturando los residuos de poda y los abonos verdes cuando terminan su ciclo vegetativo, dejándolos compostar en el suelo. También se observa los ciclos lunares como antiguamente para realizar los trabajos del campo.
Para luchar contra la mosca del olivo, colgamos unos cepos de feromona, los cuales capturan definitivamente los machos atraídos por las hormonas de las hembras, evitando así su emparejamiento y reduciendo la población de moscas y por consiguiente sus daños en la cosecha.
Históricamente, estos olivos varias veces centenarios fueron plantados por los árabes durante el periodo de Al Andalus o bien traídos por los repobladores después de la reconquista, la variedad dominante es la Cornicabra, variedad que proporciona un aceite muy afrutado. Hace 12 años nos trasladamos al pueblo de Félix, Almería, Andalucía, ESPAÑA, en una parcela de olivos centenarios para instalar allí nuestra residencia principal. Con el fin de mantener estos ejemplares de varios siglos nos dedicamos a cultivarlos y proporcionarles todas las facilidades necesarias a su desarrollo, y nació una pasión…
Adoptamos la agricultura biológica desde el principio para obtener un producto lo más natural posible. más adelante, aplicamos los principios de la permacultura para regenerar la vida en el suelo y aumentar su fertilidad, aportando estiércol de ovejas, sembrando especies vegetales benéficas para el suelo, las abejas y los olivos como abonos verdes y triturando los residuos de poda y los abonos verdes cuando terminan su ciclo vegetativo, dejándolos compostar en el suelo. También se observa los ciclos lunares como antiguamente para realizar los trabajos del campo.
Para luchar contra la mosca del olivo, colgamos unos cepos de feromona, los cuales capturan definitivamente los machos atraídos por las hormonas de las hembras, evitando así su emparejamiento y reduciendo la población de moscas y por consiguiente sus daños en la cosecha.
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El hecho de no fumigar pesticidas provoca el retorno de los pájaros salvajes y estos se comen los pulgones y demás plagas ayudando a la limpieza de los olivos.
El respeto y el cariño que tenemos por estos seres excepcionales, hizo que fuimos comprando más parcelas con olivos centenarios a lo largo de estos últimos años para llegar a los 500 árboles.
Últimamente, nos dedicamos a optimizar las densidades de nuestras parcelas con ejemplares centenarios para reducir costos de cultivos y mejorar rendimientos, respetando los ciclos vegetativos de forma natural.
El respeto y el cariño que tenemos por estos seres excepcionales, hizo que fuimos comprando más parcelas con olivos centenarios a lo largo de estos últimos años para llegar a los 500 árboles.
Últimamente, nos dedicamos a optimizar las densidades de nuestras parcelas con ejemplares centenarios para reducir costos de cultivos y mejorar rendimientos, respetando los ciclos vegetativos de forma natural.
COSECHA Y EXTRACCIÓN.
A principios de noviembre, en cuanto los frutos están pintando a negro, se inicia la cosecha, en este momento es cuando las aceitunas tienen su máxima cantidad de aceite y da su mejor calidad organoléptica.
Esta se realiza con vareadores manuales respetando tanto el fruto como el árbol.
Las aceitunas caen encima de redes y de allí, después de una separación de hojas, ramas y demás residuos, se ponen en cajas para su transporte hasta el molino.
El tiempo entre la cosecha y la extracción no debe exceder de 24 horas para conseguir una acidez mínima y calidad máxima, por esta razón cosechamos por la mañana y molemos por la tarde.
Las aceitunas pasan por un separador de hojas, una lavadora y se elevan hasta el molino donde se muelen, la pasta se malaxa en una batidora durante 60 minutos antes de pasar por una centrifugadora que separa los sólidos de los líquidos y el aceite del agua.
El aceite sale hacia una bomba que lo manda inmediatamente en unas cubas de acero inoxidable para su decantación, limitando así su oxidación.
La pulpa, huesos y agua son recuperados en un remolque y son esparcidos a los pies de los olivos aportando así una materia orgánica beneficiosa para los árboles.
Después de un mes y medio de reposo y con ayuda de las bajas temperaturas, se provoca el depósito de las impurezas en el fondo de las cubas. En este momento el aceite está limpio y se puede embotellar ofreciéndonos su color característico.
El resultado de todo ese mimo, aparte de unos olivos estupendos, es un aceite artesanal de gran calidad.
A principios de noviembre, en cuanto los frutos están pintando a negro, se inicia la cosecha, en este momento es cuando las aceitunas tienen su máxima cantidad de aceite y da su mejor calidad organoléptica.
Esta se realiza con vareadores manuales respetando tanto el fruto como el árbol.
Las aceitunas caen encima de redes y de allí, después de una separación de hojas, ramas y demás residuos, se ponen en cajas para su transporte hasta el molino.
El tiempo entre la cosecha y la extracción no debe exceder de 24 horas para conseguir una acidez mínima y calidad máxima, por esta razón cosechamos por la mañana y molemos por la tarde.
Las aceitunas pasan por un separador de hojas, una lavadora y se elevan hasta el molino donde se muelen, la pasta se malaxa en una batidora durante 60 minutos antes de pasar por una centrifugadora que separa los sólidos de los líquidos y el aceite del agua.
El aceite sale hacia una bomba que lo manda inmediatamente en unas cubas de acero inoxidable para su decantación, limitando así su oxidación.
La pulpa, huesos y agua son recuperados en un remolque y son esparcidos a los pies de los olivos aportando así una materia orgánica beneficiosa para los árboles.
Después de un mes y medio de reposo y con ayuda de las bajas temperaturas, se provoca el depósito de las impurezas en el fondo de las cubas. En este momento el aceite está limpio y se puede embotellar ofreciéndonos su color característico.
El resultado de todo ese mimo, aparte de unos olivos estupendos, es un aceite artesanal de gran calidad.
